¿Hay tiempo en la apretada agenda de tu hijo?

Sebastián inicia su día a las 5h50 de la mañana, con su mamá despertándolo para ir a la escuela, en la que tiene actividades hasta las 14h00.

Lunes, Miércoles y Viernes,  van a toda prisa para llegar a casa a almorzar algo rápido porque las clases de fútbol inician a las 15h30 hasta las 17h00, de allí hay tiempo suficiente para llegar a las 18h00 a la clase de música los lunes y los miércoles y como el viernes quedó un espacio a esa hora, ese día va saltando entre su terapia psicológica o la cita con la maestra de apoyo escolar.

Pero los martes y los jueves no se quedan atrás, ese día el almuerzo es un snack muy natural hecho en casa y que se puede comer en el carro camino a las clases de tenis que inician un poco antes, a las 15h00 y terminan a las 16h00, una hora de tenis es suficiente.

¿Desocupado martes y jueves a las 16h00? – Le pregunto a la madre en la primera cita que tuvo conmigo y pretendíamos organizar la próxima.

¡Nooooo! ¿Para que llegue a casa muy temprano y corra a los video juegos? No, hay tantas cosas que puede aprender y que son buenas para él, no voy a permitir que me lo consuma un aparato de esos – Me contesta.

Será que a veces es más fácil mantenerlos ocupados que poner límites?

Los martes y los jueves a las 16h30 tiene natación hasta las 17h30, hasta que se seca y se cambia de ropa llegan las 18h00 y por lo menos ese día las actividades fuera de casa terminan allí, es un comodín me explica la madre, para las clases de refuerzo que a veces necesita porque no está del todo bien en la escuela.

Ya a las 18h30 más o menos en casa, llega la hora de ducharse, cenar algo y un pequeño espacio para hacer la tarea escolar, todos los días tiene alguna, “no son largas, las hace rápido, y si se le hace difícil llamo a la profesora de refuerzo y ella lo ayuda en 15 minutos”, me comenta la mamá.

A las 21h00 a la cama, le cuesta dormir, da vueltas y vueltas hasta que concilia el sueño. Tiene algunos despertares nocturnos a pesar de eso, algunas noches pesadillas, razón por la que llega a consulta.

Creo que me incluyo en el cansancio que debe tener Sebastián al visualizar su agenda semanal ¿y tú?

Estar ocupados los aleja del aprendizaje creativo al que el tiempo libre los motiva

Lamentablemente no es una parodia, muchos niños hoy tienen una agenda de actividades igual o más cargada que la de sus padres y esto, lejos de ser una ventaja y un mar de oportunidades para niños supuestamente mejor desarrollados, más independientes, con más habilidades y más listos para enfrentar al mundo, es realmente todo lo contrario.

Con la sobrecarga de actividades organizadas y planificadas, no le damos espacio al correcto desarrollo de las funciones ejecutivas, según un estudio publicado en la revista “Frontiers in Psychology”.

Las funciones ejecutivas son habilidades cognitivas autodirigidas internamente al servicio de una meta. Influyen en nuestras conductas mediante la autorregulación, en la actividad cognitiva y en la emocional. Son indispensables en el día a día de todos, ya que nos permiten tomar decisiones, elaborar planes, adaptarnos a los cambios y a los nuevos entornos, solucionar problemas, autocontrolarnos y regularnos ante las situaciones que experimentamos.

El período mas grande de desarrollo de estas funciones se da en la infancia, aunque podemos seguir en procesos de madurez hasta los 25 años de edad, pero es en la infancia en donde se adquiere la capacidad de autorregular los comportamientos y las conductas, aprendes a fijarte metas y a anticiparse a los eventos sin necesidad de simplemente seguir instrucciones.

Recuerda que las funciones ejecutivas intervienen en nuestra conducta, en nuestra actividad cognitiva y en nuestras emociones.

¿Te imaginas enojarte por una situación específica en tu trabajo y ser incapaz o tener una seria dificultad para autorregular tu respuesta ante la necesidad de manejar una solución del problema? ¿Te imaginas no poder organizar tu día a día, no pudiendo priorizar actividades?

No son situaciones extrañas, vemos estas dificultades como un síntoma muy común hoy, y una de las grandes razones es esa saturación de tiempo que cargamos a la infancia, dejándolos casi sin espacio para aprender los procesos de planificación, organización y elección de metas de la mano de la creatividad que el tiempo libre motiva.

Y, ¿por qué lo hacemos? Hay muchas razones de las que debemos tomar consciencia para poder implementar un cambio:

1. Creemos que así les damos mayores herramientas porque están listos para múltiples actividades

2.Queremos actividades que los obliguen a estar lejos de las pantallas y los videojuegos

3.Nos da miedo verlos aburridos

4. Creemos que hacer mucho es ser más productivo y es la era de la carrera por la productividad

5.Queremos que aprendan lo que a nosotros nos hubiera gustado

6.Le tenemos miedo al tiempo libre

7.Es mas fácil lidiar con una agenda apretada que con todo el cuestionamiento sobre el mundo que el tiempo de ocio motiva

8.Y aunque no lo crean… el exceso de actividades también puede ser una manera de cortar la comunicación.

¿Ya pensaste en la agenda que tiene tu hijo?

No le tengas miedo al aburrimiento, de ahí nacieron las mejores ideas que han movilizado y cambiado a la humanidad.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll to Top